jueves, 27 de febrero de 2014

Aporte de nitrógeno por Rhizobium en el cultivo de la alfalfa


La alfalfa (Medicago sativa) es uno de los principales cultivos forrajeros en España, con una superficie de 250.000 hectáreas, según estadísticas del MAGRAMA. Este cultivo, al tener una simbiosis establecida en sus raíces con el género Rhizobium, puede dejar cantidades significativas de nitrógeno en el suelo para el siguiente cultivo.

El género Rhizobium vive en nódulos de la raíz de la alfalfa, llamados rizomas. Estas bacterias fijan el nitrógeno atmosférico, que la propia planta puede utilizar, ya que lo incorporan al suelo.


La alfalfa tiene necesidades nitrogenadas casi nulas hasta el final de su ciclo productivo, debido a esta simbiosis. Si una alfalfa dura cinco años en producción, podemos abonar nitrogenadamente solamente el primer año y luego los dos últimos en cantidades crecientes, el resto de años se hace innecesario.

Es interesante saber, que carga de nitrógeno queda incorporada al suelo el último año debido a las bacterias Rhizobium. Esta cantidad está directamente relacionada con la densidad de plantas que se refleja en la siguiente tabla:


Año 1
Año 2
Año 3
Año 4
Plantas / metro cuadrado
400
200
100-130
50-100

La cantidad de Nitrógeno incorporada al suelo, varía entre 30 y 220 Kg de Nitrógeno por hectárea en los 35 centímetros superficiales del terreno. Es una cantidad que depende del estado del cultivo y del tipo de terreno. La media que se puede obtener en diferentes estudios llevados a cabo es de 120 Kg de nitrógeno por hectárea. Esta cantidad hay que tenerla en cuenta para el siguiente cultivo. 

Es muy interesante, y tradicionalmente conocido que tras cultivar alfalfa se siembre cereal, por sus necesidades nitrogenadas. Así haremos una buena gestión de cultivos y medioambiental.

No hay comentarios:

Publicar un comentario